Negocios y Emprendimientos

¿Cómo afrontar el fracaso en el Emprendimiento?

Cómo afrontar el fracaso en el Emprendimiento

El éxito en el emprendimiento o en la vida en general no está asegurado. A pesar de seguir los pasos y recomendaciones «al pie de la letra» la realidad es que no existe un plan infalible que te asegure que conseguirás sin problemas llegar a tus objetivos.

Son tantos los factores externos aleatorios, volátiles e incontrolables que influyen al momento de emprender que las recomendaciones genéricas no existen por lo que es importante considerar el fracaso (al menos parcialmente) como una posibilidad. No por esto la gente debería dejar de desarrollar su negocio.

Por el contrario, la clave para superar un revés empresarial es lograr adaptarse a los escenarios con una mentalidad positiva y la capacidad de transformar una situación negativa en una oportunidad de mejora.

“Si no te avergüenza la primera versión de tu producto, lo lanzaste muy tarde”

– Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn.

¿Qué es el Fracaso?

Por definición el fracaso es el «malogro o resultado adverso de una empresa o negocio». Pero hay distintas posiciones ante el fracaso, incluyendo a quien lo ve como una oportunidad de aprendizaje que no impide los futuros éxitos, sino que proporciona experiencia al que fracasa y se recupera. Eso que llamamos ensayo y error, resiliencia, mejora continua.

Sin embargo uno de los mayores problemas con el fracaso es justamente no considerar que es mas común de lo que pensamos. En nuestra vida cotidiana probablemente contaremos con mayor cantidad de pequeños «fracasos» que con grandes éxitos, lo que debemos notar es que a base de esos constantes aprendizaje conseguimos replantear estrategias para cumplir objetivos.

Es importante considerar al fracaso no solo como algo normal sino potencialmente positivo ya que nos permite corregir errores y avanzar sobre un suelo mas alto de aprendizaje.

De esta manera vemos que tanto el fracaso cómo el éxito son subjetivos y se miden con la vara de cada persona. Por lo tanto cada uno de nosotros somos quienes podemos determinar cuando un esfuerzo no fue satisfactorio y hasta que punto le permitimos frustrar nuestros planes.

Cuando normalizamos el fracaso le restamos importancia y nos permite minimizar otros efectos negativos que trae consigo, sobre todo a un nivel psicológico: golpe en la moral, sensación de ser «fracasados» o no ser lo suficiente, vergüenza y demás efectos.

Uno de los principales factores que nos juega en contra es la percepción del éxito y el fracaso. Las personas no hacen publico y gritan con alegría cuanto fracaso tuvieron antes de anunciar su gran éxito. Las redes se han vuelto la ventana a vidas perfectas y exitosas, sin ver lo que sucede en la realidad; esto genera una percepción equivocada de los esfuerzos, traspiés, y matices que en general tienen todas las personas en su camino hacia el éxito.


El poder de la suerte – o lo aleatorio

Al emprender combinamos muchos elementos y roles. En la ejecución de una idea mas allá de los pasos y los recursos que utilicemos, debemos considerar que el esfuerzo no es sinónimo de resultado.

Por mucho que hayas escuchado que para conseguir todo lo que quieres solo necesitas esforzarte, lo cierto es que la suerte (o lo aleatorio) juega un papel fundamental. No es lo mismo tener recursos económicos elevados, relaciones o contactos claves y haber nacido en Estados Unidos (si aunque no lo creas el país influye mucho); que empezar un proyecto con pocos recursos, entre tus amigos y hacerlo en un entrono hiperinflacionario en Venezuela.

Todos estos factores se encuentran totalmente fuera de tu control y te juegan en contra cuando quieres compararte con otros casos de éxito para medir el tuyo. Por lo tanto ser realistas con lo que es alcanzable dentro de nuestro entorno y sobre todo con nuestras condiciones nos permite establecer dos elementos: tus puntos débiles para poder atenuarlos y disminuir las consecuencias emocionales de posibles tropiezos.

¡Eeey por cierto! con esto no quiero decir que no te esfuerces y dejes todo a la suerte; pero sí que entiendas que no todo depende de ti, y que definitivamente los resultados de un intento puntual  no te definen como emprendedor.


¿Cómo afrontar el fracaso en el Emprendimiento?

Acepta con alegría pequeños fracasos y evita grandes catástrofes.

Aunque no lo creas esta es la base de mejorar continuamente. Cuando evitamos a toda costa los errores, difícilmente ubiquemos oportunidades de mejoras, a su vez seremos ciegos a los riesgos de nuestro entorno.

Por lo tanto, cando se comenten pequeños errores (o fracasos) no catastróficos logramos realizar ajustes que evitan un gran fracaso mortal. Al menos eso dice el libro Antifrágil de Nassim Taleb

Lo antifrágil le encanta lo aleatorio y lo incierto, lo que también significa y esto es fundamental, que adora los errores, una clase determinada de errores.

Para ayudarte a sobrellevar los fracasos en el emprendimiento considera los siguientes puntos:

Marca objetivos realistas

Grandes expectativas, grandes decepciones.

Ya hemos dejado en claro que el esfuerzo no es sinónimo de resultado y que existen infinitos factores externos que no podemos controlar pero que inciden en un gran porcentaje en el éxito de un proyecto.

Sin embargo podremos lidiar mejor con un fracaso cuando nuestras expectativas y sobre todo nuestros objetivos se mantienen realista. Mantener realista un objetivo inicia con conocer donde estamos, cuales son nuestras característica (fortalezas y debilidades, cuales son las características del entorno (oportunidades y amenzas), y cómo podemos trabajar con ellas.

A partir de acá podemos iniciar a trazar objetivos alcanzables que tengan coherencia con nuestra situación y a los recursos a los que tenemos acceso, sin terminar comparándonos con personas que pudieron tener a su alcance recursos y posibilidades distintas.

Volviendo al inicio, establecer objetivos realista no impide que quizás no logremos llevarlos a cabo, sin embargo no es lo mismo caer de la acera que del piso 10 de un edificio.

Ten un plan de contingencia – Prepárate para escenarios poco alentadores

La planificación a largo plazo se ha vuelvo cada vez mas obsoleta debido a la aceleración con la que ocurren los cambios en la era digital. Lo que antes podía tardar años en ocurrir o en cambiar hoy en día puede simplemente evolucionar en meses.

Por lo tanto tener planes rígidos puede traernos mas problemas que beneficios. La idea no es desechar la planificación, ya que sigue siendo vital para entender hacia donde vamos; pero sí incluir en ella escenarios posibles de modo que podamos aprovechar oportunidades imprevistas e incluso minimizar el impacto de situaciones negativas.

Viéndolo desde un sentido mas amplio y sobre todo estratégico, si lo seguro es el cambio ¿Porqué no planificarnos para el? De esta manera nuestra bandera puede ser flexibilidad y adaptación.

Cuando asumimos los cambios como parte del proceso nos podemos recuperar mucho más rápido de una situación de fracaso, ya que si un plan no funcionó podremos avanzar mas rápidamente al plan B sin lamentarnos tanto, y sobre todo aprendiendo de los posibles errores cometidos.

Siéntete cómodo con los riesgos que asumes

Este principio lo aplico en todos los roles de mi vida. No hay beneficios que valgan un mal dormir. En ocasiones dejamos que las emociones y las promesas de grandes recompensas nos jueguen en contra.

En finanzas conductuales, por ejemplo hay algunos principios que explican el por qué de algunos comportamientos que toman las personas al momento de invertir, pero yo te voy a nombrar solo dos de ellas:

  • El primero es el comportamiento de rebaño. Describe cómo las personas pueden ser influenciadas por su entorno para que adopten ciertos comportamientos sobre una base más emocional que racional.
    Básicamente habla de seguir la tendencia de las mayorías, ir con la corriente. Pero ¿Recuerdas cuando tu mama te decía «¿si tus amigos se tiran por un barranco, tu también lo vas a hacer?» Y las mamás siempre tienen la razón.
    Negocios riesgosos e incluso dudosos se apalancan en la promesa de beneficios incumplibles y dejamos que la avaricia o la necesidad nuble nuestra mente.
  • El otro principio es el exceso de confianza, algo así como un optimismo enfermizo. Tendemos a sobrevalorar nuestras capacidades para realizar una tarea determinada. Un sesgo conductual también presente en los inversores y que les puede llevar a tomar decisiones ineficientes. Los errores más comunes que provoca están relacionados con la infravaloración de los riesgos

Rodéate de personas alentadoras

Tener mente positiva no impedirá que cometas errores y mucho menos que llegues a fracasar. Sin embargo no es tanto lo que nos pasa sino cómo lo afrontamos lo que determina la manera en la que diseñaremos nuestra próxima movida.

Del mismo modo, contar con persona que apoyen nuestros esfuerzos y que sean impulsoras te va a permitir hacer frente a las dificultades y sobre todo a recuperarte de malas pasadas. Nuestro entorno es uno de los principales influenciadores en la toma de decisiones por lo que construir relaciones que sumen crean un impacto importante a lo largo de nuestro recorrido.

Aprende de tus errores y de tus éxitos

Finalmente, la única manera de fracasar es no aprendiendo. Un ensayo y error, sin aprendizaje es como dar vueltas en círculos. La magia de los pequeños fracaso es conseguir oportunidad de aprendizaje para continuar en camino con mayor experiencias.

Justamente es la experiencia la que hace de un emprendedor un empresario en el futuro. El secreto de aprender de los errores esta en evitar los malos errores, esos que te dejan muy poco aprendizaje con grandes daños.

Sin embargo, aunque mucho hablamos de aprender de los errores también tenemos que aprender de los éxitos ¿Qué está funcionando y por qué? ¿Es una situación puntual o es una estrategia que funcionará a largo plazo? ¿Se debe a suerte o a decisiones no aleatorias?

Asumir que todos los éxitos que tenemos han sido por merito propio y que la suerte no ha jugado un papel importante puede llevarnos al sesgo del exceso de confianza.


Preguntas y Respuestas frecuentes sobre el fracaso en el emprendimiento

¿En cuanto tiempo debo aceptar que mi emprendimiento fracasó?

Esto depende del tipo de negocio y tus objetivos en concreto. Hay negocios que tardan en generar resultados, y no por eso quiere decir que en inicio sean un fracaso. Conocer el tipo de negocio y el mercado es clave para entender en cuanto tiempo deberíamos tener resultados positivos y considerar que vamos por buen camino. Sin embargo lo ideal es conseguir resultados en el menor tiempo posible para evitar problemas financieros que eviten llegar al objetivo.

¿Cómo se si mi negocio va al fracaso?

Los números lo dicen. Saber si tu negocio va por buen camino no es necesariamente algo subjetivo. El éxito de un negocio se mide en el mercado y en las finanzas a través de los indicadores correctos para tu proyecto.

¿Cómo te recuperas de un fracaso anímicamente?

Como comentamos en este post, siempre habrán cosas que no salgan exactamente como lo ideamos. Pero queremos prevenir «malos fracasos» es decir fracasos con grandes perdidas y poco aprendizaje, los «buenos fracasos» son aquellos que no salen caros y los cuales te aportan un montón de conocimientos. Por lo tanto intenta seguir los consejos anteriores y mantén los pies en el piso


Conclusión:

El camino del emprendimiento está plagado de incertidumbres y desafíos, y no existe un mapa infalible para alcanzar el éxito. A pesar de seguir consejos y pasos cuidadosamente, la realidad es que factores externos, imprevisibles e incontrolables, influyen en el camino del emprendedor.

Es crucial aceptar que el fracaso es una posibilidad, incluso parcialmente, y no debe ser motivo para abandonar el desarrollo del negocio. La verdadera clave radica en la capacidad de adaptación y en transformar situaciones negativas en oportunidades de mejora. Como dijo Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, “Si no te avergüenza la primera versión de tu producto, lo lanzaste muy tarde.”

El fracaso no debe ser visto como un obstáculo insuperable, sino como una oportunidad de aprendizaje. Aprender de pequeños fracasos y ajustar estrategias evita grandes catástrofes. Es esencial establecer objetivos realistas, entender que el esfuerzo no garantiza resultados y tener un plan de contingencia para escenarios desfavorables.

La percepción del éxito y el fracaso también desempeña un papel crucial. La presión social y la comparación con historias de éxito aparentemente perfectas en redes sociales pueden distorsionar la realidad. Es fundamental rodearse de personas alentadoras y construir relaciones que sumen en el viaje emprendedor.

Finalmente, la clave está en aprender tanto de los errores como de los éxitos. La experiencia acumulada a través de ensayos y errores forma la base del crecimiento empresarial. Asumir la realidad de que la suerte y elementos aleatorios juegan un papel, pero no dejar que determinen el valor de los esfuerzos, es esencial para afrontar el emprendimiento con una mentalidad resiliente y positiva. En resumen, el fracaso es parte del viaje, y abrazarlo con la mentalidad correcta puede ser la llave hacia el verdadero éxito emprendedor.

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